29 de diciembre de 2010

Navío

Hoy soy navío
y no me asusto
porque sin pretexto alguno
el agua me abraza
el aire revolotea en mi garganta
con perfecto e impavido ímpetu
no me caigo, no colapso
y siento la libertad en mi pecho de pájaro
volando tras la estela de lo indecible
donde me esperan
los brazos
que me harán vivir, agonizando.